Se ha hablado mucho a cerca de los beneficios que aporta desarrollar un sistema basado en una arquitectura de microservicios: Escalabilidad, modularidad, mantenibilidad, eficiencia, alta disponibilidad, interoprabilidad, etc.
También se ha hablado mucho a cerca de las características de un microservicio: REST, Serverless, Stateless, de propósito específico, etc.
Sin embargo, no se ha hablado mucho a cerca de los desafíos que conlleva emplear una arquitectura basada en microservicios. Por ejemplo, la gestión de un log de transacciones distribuido, el acceso a un file system que debiera parecer comprtido y del almacenamiento persistente de datos y cómo cada microservicio trata de poseer una base propia pero con las problemáticas de integridad referencial asociadas.
Se ha hablado mucho a cerca de los beneficios que aporta desarrollar un sistema basado en una arquitectura de microservicios: Escalabilidad, modularidad, mantenibilidad, eficiencia, alta disponibilidad, interoprabilidad, etc. También se ha hablado mucho a cerca de las características de un microservicio: REST, Serverless, Stateless, de propósito específico, etc. Sin embargo, no se ha hablado mucho a cerca de los desafíos que conlleva emplear una arquitectura basada en microservicios. Por ejemplo, la gestión de un log de transacciones distribuido, el acceso a un file system que debiera parecer comprtido y del almacenamiento persistente de datos y cómo cada microservicio trata de poseer una base propia pero con las problemáticas de integridad referencial asociadas.